Nueva Etapa. La Ganadería Argentina Tiene Futuro

La oportunidad es el cambio de coyuntura, la fortaleza es el hábito de adoptar tecnología y la buena fama!

Desde las expectativas hacia el futuro Presidente de la Nación, hasta el nuevo Presidente del IPCVA, Ulises Forte, se respiran aires de cambio en la coyuntura del mercado de carne bovina, principalmente por la quita de restricciones a la exportación, quita de retenciones, y actualización de nuestro tipo de cambio, favorable para la recuperación del sector ganadero.Se esperan acciones en al menos tres aspectos básicos, que lograrían una reestructuración del mismo. La primera es aumentar el peso mínimo de faena, para detener el “ternericidio”, como lo expresó Ulises Forte, la segunda es disminuir la cantidad de vientres faenados, a fin de aumentar el número de vientres en producción, y la tercera, consecuencia de las dos anteriores, una recomposición del stock ganadero nacional, hoy 6 millones de cabezas inferior al de una década atrás.

Teniendo en cuenta que la oferta y la demanda mueven las agujas de los mercados, interesa conocer las proyecciones de producción y exportación global que realizó el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), en su último informe ganadero publicado el pasado 7 de Octubre.

Como se ve en el gráfico, habría un aumento tanto en la producción (oferta) como en las exportaciones (demanda) a nivel global, lo que significa que el mercado se recuperará de las bajas internacionales sufridas desde el último trimestre del 2014.En el mismo informe el USDA estima que Argentina aumentaría en 2016 su stock bovino en casi medio millón de cabezas, que disminuiría su consumo interno en 95 mil toneladas, una merma del 2,2% respecto al consumo de 2015, y aumentaría su exportación en 35 mil toneladas, que representa un aumento mayor al 15% respecto a este año.

Con estos cambios se espera que en el mediano y largo plazo se logre volver a exportar el 20% de lo producido a nivel local, más del triple que los niveles actuales, dado que hoy consumimos el 94% de lo producido. Lejos de proponer menguar el consumo interno, se espera potenciar nuestra productividad, para aumentar las toneladas producidas anualmente, y agrandar el saldo exportable.

Frente a este nuevo escenario, el desafío para estar a la altura de las circunstancias, es aprovechar una de las mayores fortalezas del productor argentino, su hábito de innovar cuando la oportunidad lo llama, en este caso adoptando nuevos procesos con técnicas de manejo, que invitarán a involucrar a la empresa familiar a un ajuste tecnológico de los distintos planteos bovinos.

Uno de estos planteos es el realizado hace años en campos mixtos del Sur de Santa Fe, “Cria Bovina Intensiva” (CBI), que ajusta cargas de casi 10 cabezas por hectárea (5 vacas, 4,2 terneros y 0,15 toros), compitiendo con la agricultura en rentabilidad, hoy con niveles productivos de más de 1.100 kg de carne por hectárea. Los niveles de parición se encuentran en 90%, y 85% de destete, llevando a los terneros a 220 kg, solo por dar algunos indicadores.

En este modelo se destina un 20% del campo agrícola a la producción de pasturas, se pastorean los rastrojos, y se suplementa con grano y nucleos protéicos, se busca ajustar el manejo del pastoreo, niveles reproductivos y ganancia de peso, intensificando la cria, así como se intensificó en pocos años la agricultura, duplicando su productividad.

Este ejemplo de Cría Bovina Intensiva, desarrollado por el Doctor Correa Luna de INTA Venado Tuerto, compite con la agricultura, superando los márgenes de soja de primera en más del 50%, con la salvedad que demanda un esfuerzo y compromiso mayor al 50% del que requiere la soja.

El enfoque productivo puede seguir buscando mejorar los números de la agricultura, a través de aplicar tecnología y gestión comercial, o buscar integrar la producción de granos a la ganadería, en sistemas intensivos como el ejemplo planteado.

Conclusiones:

Oportunidades: El consumo interno de carne es muy inelástico, y ejercerá presión sobre los precios cuando la exportación se abra, mejorando los números actuales.

Hay acceso a financiaciones con tasas del 17% anual para la compra de vientre, reproductores e instalaciones.

Los precios internacionales de granos ponen techo al precio interno del maíz, aún después de la quita de retenciones y ROEs, sumado a que la ganadería es la carne que tiene menor nivel de dependencia al maíz como forraje.

Debilidades: Hay mucho camino por recorrer, entre otras cosas, en la tipificación y trazabilidad de nuestras carnes, muy desactualizadas, lo que complica lograr el agregado de valor diferenciando calidad de carnes producidas parcial o totalmente en pastoreo, respecto de las producidas totalmente en confinamiento.

Fortalezas: La profesionalización y tecnificación de la ganadería puertas adentro de cada empresa, permite aprovechar las oportunidades que vienen, alzar la mirada y posicionarse en un horizonte superior a cuatro años, tomando decisiones que impacten en el futuro a corto y mediano plazo.

La mayor fortaleza de nuestras Carnes Argentinas es que es una marca registrada en el mundo.

Autor: Ing. Agr. Marianela De Emilio, INTA Las Rosas
marianelasabrina@hotmail.com



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